Después de casi cinco décadas en el poder, el comandante Fidel Castro renunció, y por primera vez una decisión suya fue celebrada por sus detractores y amigos. En Nicaragua, personalidades de distintas ideologías coinciden con el ahora ex Comandante en Jefe, quien antes de anunciar su retiro definitivo escribió a los cubanos: “Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas”.
Desde Ruanda, el presidente de Estados Unidos, George Bush, el noveno presidente de ese país que Castro vio desde la Presidencia, se pronunció: “Esta transición debería culminar con unas elecciones libres y justas”. Sus palabras encontraron eco en Nicaragua. El miembro de la Alianza Liberal Nicaragüense, ALN, Eliseo Núñez, considera también que Castro debió “dar la oportunidad de elegir a nuevos gobernantes”.
Acertado
El historiador Aldo Díaz no comparte esa opinión. Para él, la decisión de Castro fue acertada. “Fidel ha logrado tal posición de autoridad moral y política en el pueblo cubano y en el mundo, que a estas alturas ya no requiere ejercer directamente el poder, pero sí continuar orientando al gobierno revolucionario y al pensamiento revolucionario internacional”, expresó.
“Como gigante”
“Ha sido y es un gigante ese hombre. Hasta el momento de su retiro fue un gigante”, comentó el canciller Samuel Santos, a quien “se le ‘enchina’ el cuerpo el sólo hecho de pensar y hablar de Castro”.
Cuando triunfó la revolución cubana que derrotó a Fulgencio Batista, en 1959, el líder cubano ocupó el cargo de primer ministro, y desde diciembre de 1976 fungió como Presidente de Cuba. Pero la mañana de ayer en el diario Granma los cubanos se encontraron con una noticia histórica. Fidel la dio así: “No aspiraré ni aceptaré –-repito--, no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”, pues el próximo 24 de febrero la Asamblea elegirá al sucesor de Castro.
Cuando triunfó la revolución cubana que derrotó a Fulgencio Batista, en 1959, el líder cubano ocupó el cargo de primer ministro, y desde diciembre de 1976 fungió como Presidente de Cuba. Pero la mañana de ayer en el diario Granma los cubanos se encontraron con una noticia histórica. Fidel la dio así: “No aspiraré ni aceptaré –-repito--, no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”, pues el próximo 24 de febrero la Asamblea elegirá al sucesor de Castro.
La transición: Cuba sin Fidel
Para el comandante Víctor Tirado López, la transición en Cuba está empezando. “Cambios sustantivos no habrá hoy, y creo que Fidel está complacido con las personas que está dejando”, expresó.
“En Cuba es necesario un cambio, pero la gradualidad es importante. La presencia de Raúl Castro da estabilidad y garantía de que los cambios no serán traumáticos”, expresó por su parte el liberal José Pallais.
Aldo Díaz considera que ésta es una muestra de que puede existir una Cuba sin Fidel Castro. “El desarrollo del Estado cubano es irreversible. Nadie lo puede liquidar”, aseguró.
En julio de 2006, el gobernante cubano delegó el poder en su hermano, Raúl Castro, luego de someterse a una cirugía intestinal. Un año y medio después del hecho, con 81 años, anunció “sin dramatismo” su retiro de esta manera: “Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer”.
“En Cuba es necesario un cambio, pero la gradualidad es importante. La presencia de Raúl Castro da estabilidad y garantía de que los cambios no serán traumáticos”, expresó por su parte el liberal José Pallais.
Aldo Díaz considera que ésta es una muestra de que puede existir una Cuba sin Fidel Castro. “El desarrollo del Estado cubano es irreversible. Nadie lo puede liquidar”, aseguró.
En julio de 2006, el gobernante cubano delegó el poder en su hermano, Raúl Castro, luego de someterse a una cirugía intestinal. Un año y medio después del hecho, con 81 años, anunció “sin dramatismo” su retiro de esta manera: “Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer”.
Ley de la vida
“Es la ley de la vida. Todo es temporal. Llega un día en que todo termina”, reflexionó Emilio Álvarez Montalván, ex canciller nicaragüense.
Álvarez Montalván descartó la posibilidad de que se den cambios radicales en el sistema político de La Habana. “Se puede esperar alguna flexibilidad, pero no creo que haya un cambio fundamental en la organización política” de Cuba, expresó.
“Raúl Castro tiene la necesidad de arreglar las cosas con Estados Unidos en los asuntos bilaterales, porque a pesar de que tienen la ayuda de (Hugo) Chávez, todavía les falta muchas cosas”, agregó el ex canciller.
Álvarez Montalván descartó la posibilidad de que se den cambios radicales en el sistema político de La Habana. “Se puede esperar alguna flexibilidad, pero no creo que haya un cambio fundamental en la organización política” de Cuba, expresó.
“Raúl Castro tiene la necesidad de arreglar las cosas con Estados Unidos en los asuntos bilaterales, porque a pesar de que tienen la ayuda de (Hugo) Chávez, todavía les falta muchas cosas”, agregó el ex canciller.
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